30 de mayo de 2012

Metafísicas de gramáticos o de la inocuidad de la crítica gramatical al "es" de Parménides

domingo, 27 de mayo de 2012

En el artículo que empecé a comentar en una entrada anterior, Agustín García Calvo da su expresión particular y radical a una de las estrategias antimetafísicas más comunes de los últimos cien años. Esta estrategia quiere hacernos creer que la Metafísica (o sea, frases como “existe Dios”, “existe la Materia”) es, en verdad, un error gramatical, incluso una “contradicción gramatical”, dice García Calvo. En esencia este error consistiría en tomar por un sustantivo decente, que pudiera ejercer de Sujeto y de Predicado de oraciones decentes, a un elemento que, en verdad, “gramaticalmente”, es otra cosa, a saber, un elemento mostrativo.
Así como la “lógica” estándar dice que “existe” es un cuantificador (no una variable ni un predicado, es decir, no parte del vocabulario), así García Calvo dice que “hay” (que es, según él, la palabra aborigen del castellano a la que quiere sustituir “existe”, invento escolástico destinado a consagrar o hipostasiar el error metafísico) es un elemento no-semántico, un elemento mostrativo y anafórico, que sirve para indicar a lo extralingüístico, aquello acerca de lo cual habla la Lengua pero que no es lengua.


Hoy en día (aunque esto no es cuestión de historia) casi nadie medianamente informado es capaz de creer que los análisis “lógicos” o “gramaticales” son análisis neutrales respecto de la metafísica, de manera que puedan solucionar (o, más bien, disolver) los problemas de la ontología por fiat “científico”. Cualquiera sabe ya que uno se puede construir la lógica que le convenga para sus prejuicios (o juicios) ontológicos, y que lo único que consigue así es un formalismo vistoso pero filosóficamente bastante inútil.
En todo caso, no voy a hacer caso aquí a esa ingenuidad (ya la he tratado en otros lugares). Una propuesta lógica o gramatical de análisis del lenguaje está tan cargada de metafísica como cualquier teoría directamente filosófica, aunque generalmente con mucha mayor inconsciencia e ingenuidad.

Por lo mismo, hablar, como hace García Calvo, de una “contradicción gramatical” es un auténtico absurdo.
Para darle algún sentido a eso habría que empezar por suponer que hay una única gramática profunda (cosa que, es cierto, García Calvo asume -y yo con él-). Porque, si no, lo más que se puede decir es que tal o cual giro es incorrecto en tal o cual lengua.
En verdad, ni siquiera puede decirse esto, porque “giro incorrecto en la lengua L” o “prohibición gramatical en L” no significa más que una prohibición política, ya que no hay ningún carácter epistémicamente normativo en una gramática, porque nunca es un imposible, por razones gramaticales, que una gramática se modifique como el hablante desee. El único límite a esto, a que el hablante use como quiera la gramática (fuera de las prohibiciones políticas, se entiende) es el límite de la lógica: que no sea lógicamente absurdo o contradictorio lo que dice.
Por eso, lo más que puede significar “contradicción gramatical” es “contradicción lógica”, o, en una palabra, contradicción. En verdad, García Calvo cree que son equivalentes “prohibición gramatical” y “prohibición lógica”, pero a mí esto me parece tan falso como pernicioso: solo se hace al precio de elevar un hecho material, como es el lenguaje, a la categoría de lógica y Logos, con el ánimo de robarle a la metafísica lo que le pertenece, llamándolo de otra manera.

Ahora bien, ¿es un absurdo lógico decir “existe la Materia”, “hay Dios”, o, simplemente, como dice la diosa de Parménides, “es”, o “hay”, si se prefiere?
Por supuesto, esto solo puede ser absurdo si es que hay una única Lógica. Démoslo por supuesto.
Y, por supuesto, esto no tiene nada de absurdo en un lenguaje o una lógica donde “hay” o “existe” sean predicados o sustantivos, o tengan un valor indistinto anterior a los supuestos valores diferentes de “ser” (existencial, copulativo…), como según Charles H. Khan tenía el griego de la época de Parménides (o el latín clásico, o el castellano antiguo “los sabios que en el mundo han sido”…).

Para convertir en “absurdo” o “imposible” la expresión “es”, o “Dios es”, hace falta una teoría metafísica de lo que es y no tiene más remedio que ser todo lenguaje. Y efectivamente García Calvo, mal que le pese, tiene una teoría metafísica así (y, como García Calvo, cualquier otro que haya tratado estas cuestiones, por muy tonto que quiera hacerse o muy listo que sea). ¿Cuál es esa metafísica de García Calvo?

Según el cuadro que nos pinta García Calvo (y cualquier versión semejante, desde el Tractatus hasta Brandom, por ejemplo) es preciso distinguir dos… ámbitos de… ¿realidad? …el problema con estos filósofos es que, cuando se refieren a sus elementos metafísicos utilizan el “hay” con total soltura (e inconsciencia): hay lo extralingüístico, por un lado, y lo lingüístico por otro.
Como consecuencia de esa dicotomía de lo que hay, también el Lenguaje (único) está estructurado en al menos dos categorías-funciones irreducibles, el aparato mostrativo (que es mediante el cual el lenguaje remite a lo extralingüístico), y el aparato semántico (que es mediante el que se “describe” lo señalado por el mostrativo).

Ambas dualidades (Extralingüístico – Lenguaje y Aparato mostrativo – aparato semántico) son irreducibles y solidarias. La dualidad Extralingüístico – Lenguaje, o dualidad “ontológica” (como la llamaremos mientras no nos digan otra cosa) es completamente irreducible, cree García Calvo (y muchos otros, incluso quienes no lo saben), porque ni la “gramática” o lógica puede dejar de ser normativa y atemporal, ni todo puede ser absorbido por el lenguaje sin que quede congelado en el vocabulario.

Esta dualidad, evidentemente, es otra manera de llamar a la dualidad kantiana Cosa en sí (incognoscible) y Sujeto-Trascendental o Normativo. Y es también lo mismo que la dualidad quineana de Lenguaje – Mundo, donde el Lenguaje como un todo, intenta referirse a una inescrutable “realidad” extralingüística, etc.

Tales tesis, no hace falta repetirlo, no tienen una gota de menos metafísicas que la tesis de la diosa de Parménides: hablan de lo que hay, en universal y sin posible contrastación empírica (creen que hay dos tipos de cosas, lo extralingüístico por un lado, y el Lenguaje, la Teoría, etc., por otro). Este tipo de tesis no puede evitar utilizar el “hay” o el “existe” exactamente de la forma que prohíbe o quiere prohibirnos hacerlo. ¿Cómo puede referirse Kant a la Cosa, o al Sujeto-Trascendental, sin utilizar alguna de esas categorías (por ejemplo y sobre todo, “existe”) que, según él, no podían utilizarse más que para referirse a fenómenos naturales? ¿Qué podemos decir de la dualidad “Lenguaje - aquello de que habla en el lenguaje”, de que nos habla el Tractatus? Wittgenstein, siempre algo más consciente que los demás, quiso distinguir aquí entre decir y mostrar (e incluso lo que está más allá de lo mostrable, pero de lo que no nos vamos a abstener de decir algo –como le objetó Ramsey: si de algo no se puede hablar, tampoco se puede silbar-). También García Calvo quiere hacerse cargo de que él está usando “hay” para referirse a cosas como las categorías gramaticales y los usos prohibidos o permitidos de “hay”, aunque cree que esto tiene un campo limitado, el de las entidades lingüísticas… (¿Cree García Calvo que es posible algo fuera, que hay o puede haber algo fuera del lenguaje? ¿Qué sentido tiene ahí el "hay"?)

El hecho es que ni García Calvo ni ningún otro quedan libres de metafísica. Lo que podemos hacer, entonces, es comparar su metafísica con otra. Por ejemplo, con la parmenídeo-platónica. Y entonces cabe preguntarse ¿es realmente más aceptable e inteligible ese dualismo, de una “realidad” extralingüística, ajena a las categorías gramaticales, y un Lenguaje, con mayúsculas, que habla de lo extralingüístico pero es todo lo contrario que aquello? Esta metafísica no es más que un ejemplo más de este dualismo radical que hemos encontrado en muchas otras filosofías “modernas”, y de lo cual solo Platón puede salvarnos.

Disponible en: [http://dialecticayanalogia.blogspot.com.es/2012/05/metafisicas-de-gramaticos-o-de-la.html

17 de mayo de 2012

LA MUERTE UNA VEZ MÁS Miguel Angel Velasco (poemas póstumos)



DE VENTA EN LIBRERíAS
INTRODUCCIÓN DE ISABEL ESCUDERO

En memoria viva de Miguel Ángel Velasco

¿Qué se puede decir de Miguel Ángel que no colabore a certificar su muerte?; algo que no, que no acabamos de creernos. Todo lo bueno y fiel que se diga acerca de él, (no podría ser de otra manera), quedaría fatalmente engullido por la idea: ya no está, ahora no está, y eso se presenta como un saber insoportable.
Entonces ¿con qué voz podría yo nombrarle para no darle alcance, para no cazar su pieza?…Se me ocurre que quizá tenga que recurrir a alguna de sus artimañas escurridizas: él era un maestro en hablar de la muerte venidera y, a la vez, escaparse con gracia de la siempre aquí, de la de ahora; solía partirla en dos y así distraerla a una con la otra. A veces reclamando a la ausente, la lejana, con la retórica propia del enamorado que sabe que su novia nunca acude a la cita; otras veces, como un niño, jugando al escondite con la próxima, la compañera invisible de los días, y desde un miedo valiente gritarle: “¡Aquí estoy. Ea: ven tú a buscarme!”…; y cuando ella llegaba a su escondrijo encontrase sólo un hueco negro y allí clavado el destello de dos ojos azules, grandes, muy abiertos, espejuelos donde la perseguidora se entretuviera a mirarse y hasta celebrarse a sí misma, (¡que así de hermosa sus ojos la pintaban!) y así, la buscadora, del niño se olvidara, mientras él ligero se le volaba a otra parte. Cómo me gustaría, amigo, dar cuenta de ese juego misterioso en el que a ti mismo te jugabas.
Pero de esto dan cuenta tus versos al que tenga oídos y ojos, al que todavía alimente la luz y la alegría, al que tenga la honradez de descubrir su herida y cantar su miedo. Así que tan sólo quisiéramos, Miguel Ángel, en puro agradecimiento a tantos años de tu buen trato y compañía, hablar de algo que no te diera por sabido, algo que no eras tú del todo, que no abarcaba tu nombre propio, y menos aún tu nombre de autor consagrado desde la adolescencia por la Literatura de los Literatos. Así que para no caer nosotros también en la tentación de colgarte medallas que lastren tu despegue, celebraremos aquí tu sabio desengaño: tu no haber sido de este Mundo, el no haber negociado con la Realidad: la del Dinero, la del Trabajo, la de Fama, la del Futuro.
Cantamos tu infeliz felicidad, tu despierta alegría, tu niñez dormida, tu claridad para ver y hacernos ver… Cantamos tu alma de vilano, perfecto y geométrico, a la par tan vulnerable y liviano; la utilidad de tu semilla sin destino, que cae al voleo y que da fruto a cualquiera, un fruto sin amo como sin amo era la semilla, semilla de aire, de aire puro, de ese que te entraba en el pecho para salir hecho canto… ¡Cómo veo ahí en el aire, Miguel, tus finas manos, como plumas de pájaro herido y altanero! Manos bordadoras domando la bravura del verbo sembrado en la nieve de la página. Eso cantamos, eso tan tuyo que nos envuelve y que nunca perderemos….
15 de Diciembre de 2010

CARTA-PRÓLOGO DE AGUSTÍN GARCíA CALVO
Vuelvo a escribirte…

Vuelvo a escribirte, Miguel Ángel, no porque espere respuesta tuya, porque tú te habrás olvidado de eso de escribir, y, si me hablas, me hablaras en lengua viva (ya te estoy oyendo), como me hablan las cosas cada cual a su manera. Y justamente para eso estoy aquí escribiéndote (que las letras se deshagan en el aire y así lleguen a entrar a tus oídos), para decirte mi agradecimiento por lo que nos has dejado escrito, que decía, y sigue diciendo, cómo sentir el habla de las cosas: ese tino y ese esmero tuyo, renovado una y otra vez, en el arte de tomar una concha de almeja estrujada en añicos, unas plumas colgantes de un pájaro aterido, esas venillas de una hoja de tan amarilla ya casi trasparente, esas motitas rojizas en la coma de una seta acaso venenosa, esa herida todavía palpitante en un costado desgarrado por la lanza, esas patitas del escarabajo volteando boca arriba por el viento…Por si otros te aburren con literaturas de las que ya no sabes nada, es ese arte y esa maestría, que eran tuyas, en el trato con las cosas lo que quería agradecerte.
13 de Noviembre de 2010

15 de mayo de 2012

15M, libre te quiero

13 de mayo de 2012

Aníbal Malvar 

“Se les nota el miedo, pero sobre todo se les nota la vergüenza”. La próxima película del cineasta Basilio Martín Patino cumplirá este 15 de mayo un año desde su inicio de rodaje. Anoche, a la una y pico de la madrugada, un señor de 81 años, apoyado en un bastón y con los pelos revueltos, estaba en Puerta del Sol, rodeado por 45.000 manifestantes o así (no hay cifras oficiales) dirigiendo una película. Este señor, que entre otras obras maestras ha dirigido Canciones para después de una guerra, daba instrucciones a una mujer joven dificilmente colgada (o viceversa) de una cámara.

– Llevamos rodando desde el 15 de mayo del año pasado. Ya casi tenemos la película terminada.
– ¿Y cómo se titula?
– Libre te quiero. ¿Sábes por qué?
– Claro que sé por qué... Seguir leyendo en: Cuarto Poder. Disponible en: [http://www.cuartopoder.es/invitados/15m-libre-te-quiero/507]