1 de marzo de 2014

La gramática común de Agustín García Calvo



I-                LOS IDIOMAS Y LA LENGUA


1.1.      Introducción.


Tres fragmentos de Heráclito sobre el lenguaje:

 “Está en todas partes”

 “Todas las cosas suceden según él”

 “De cuantos he oído hablar ninguno llega a tanto como a reconocer que lo inteligente (lo que se entiende) está separado de todas las cosas”

             Aquello que habla de las cosas (el lenguaje) y nombra las cosas no puede ser una cosa en el mismo sentido, de forma que de ahí su separación de las cosas. En el momento en que se le nombra, deja de ser el que nombra. Mientras él está hablando, no se puede hablar de él.

             Esto de que al mismo tiempo esté en todas las partes, constituyendo todas las cosas y a la vez esté separado de ellas, se puede explicar recurriendo a lo que en filosofía se suele llamar sujetos. Es algo que todos los hablantes de una lengua saben, pero a la vez es condición indispensable para su funcionamiento que los hablantes no sepan que lo saben.

             La producción del lenguaje está fuera del nivel consciente. La conciencia puede hacer algo acerca del lenguaje, pero eso no es más que la superficie. En cuanto a los mecanismos en virtud de los cuales se producen interreferencias en el interior de la frase, por los cuales unas partes se combinan con otras, sintácticamente, con relaciones de determinación, de inclusión, etc, son mecanismos ajenos a la conciencia, como si fuera natural. Las reglas que están en el aparato de la lengua es algo que se da por supuesto, de forma natural, y los hablantes no saben que es lo que hacen cuando hablan, al mismo tiempo que es evidente que saben lo que hacen puesto que lo hacen bien y se dan cuanta de cuando lo hacen mal. Si esa separación no se diera la lengua no funcionaría. Hablar a conciencia es imposible.

             Así, el lenguaje está en todos, pero es ajeno a la conciencia de todos. El sujeto del lenguaje es alguien que no es nadie determinado individualmente. Ese sujeto es a quien apunta vagamente el término “pueblo”.

             En la terminología de Freud diríamos que el lenguaje está a nivel subconsciente: aquello que una vez se ha sabido y por algún motivo a tenido que dejar de saberse. (Motivación de censura, de represión en el psicoanálisis, pero aquí no por razones de censura, sino meramente técnicas (es imposible el lenguaje a conciencia). Aquello que una vez se ha sabido a tenido que quedar olvidado de la conciencia para que pueda quedar en condiciones de uso fluido, fuera de la consciencia activa... Seguir leyendo en CUADERNO DE TLALOC