29 de enero de 2015

24 de enero de 2015

Gracias por todo, Francisco Lira

El fallecimiento del fundador de La Carbonería tiñe de luto a la cultura sevillana.

Por Alejandro Luque

Paco Lira / Paco Cazalla

Poetas, novelistas, gente de teatro, flamencos, rockeros, intérpretes clásicos, artistas plásticos… El mundo de la cultura sevillana y universal se vestía ayer de luto para lamentar el fallecimiento de Francisco Lira, fundador de La Cuadra y La Carbonería, dos focos culturales que alumbraron a la capital hispalense durante décadas a través de recitales, exposiciones y otras múltiples actividades, y que ayer mismo tenía programada la presentación de un libro.

Después de luchar contra una larga enfermedad, dio su último adiós un hombre al que todos recuerdan como «prudente, callado siempre y escuchando mucho», según palabras de Juan Bonilla, quien frecuentó durante mucho tiempo La Carbonería y llegó a publicar bajo los auspicios de Lira su primer libro, Veinticinco años de éxitos. «Si le tiraba de la lengua, me contaba cosas de los viejos anarquistas de la ciudad, de Juan Blanco, Agustín García Calvo y tantos otros que me interesaban, pero podía hablar de primera mano de mucha gente», agrega Bonilla, que solía celebrar tertulias en La Carbonería junto a autores como Antonio Cano o Fernando Ortiz... Seguir leyendo en el Correo de Andalucía

*

Mariposa, allá
que aleteas: como tú
polvo soy de ser.

?Agustín García Calvo?

De: 'Y más aún canciones y otros juegos'. p. 113 - Juego F: Jugando con Isabel Escudero a devolverles a algunos haikus, que había ella leído en traducciones varias, el esquema rítmico japonés originario.

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23 de enero de 2015

Plus de rails, moins de routes


Peu connu en France, mais auréolé d’un indéniable prestige dans la mouvance contestataire d’outre Pyrénées, Agustín García Calvo (1926-2012) est probablement le penseur le plus original et le plus créatif de tous ceux qui ont agité la pensée espagnole au cours du dernier demi-siècle (1).

Philologue, linguiste, poète et essayiste, son combat contre l’automobile a donné lieu à de nombreux articles et interventions, comme en témoigne le livre « Contra el automovil » cosigné avec Colin Ward et Antonio Estevan, publié par les éditions barcelonaises Virus.

Les éditions Le pas de côté ont récemment publié la traduction d’un de ses livres intitulé « La Société du Bien-être », critique percutante d’une société basée sur le Développement, le Progrès, le Futur, le Bien-être personnel et l’Argent.

A cette occasion, nous reproduisons ici un des appendices de ce livre, qui constitue une défense éloquente du train contre la plaie que constitue l’automobile personnelle.

Plus de rails, moins de routes

par Agustín García Calvo... Continuer à lire dans carfree.fr

*

Traducción al francés de: Progreso por ferrocarril, regreso por carretera, O.P. Revista del Colegio de Ingenieros de caminos, Canales y Puertos, Barcelona nº 23, 1992; posteriormente en la Revista Archipiélago, Trenes, tranvías, bicicletas. Volver a andar, en 1994. número 18-19. 

Publicado en Avisos para el derrume (1998). Ed. Lucina... Leer el testo en español en la páginas de J.M. Grijalvo.

21 de enero de 2015

Pasión. El deporte como escusa

21/01/2015 :: Pensamiento
x Carlos Coca
 
Análisis de "Pasión" de Agustín García Calvo

El polifacético Agustín García Calvo definió como farsa trágica a su obra Pasión 
La pasión por el deporte de Enrique, reclamado como héroe por una sociedad hedonista y decadente, simbolizando la trepa a la cucaña (el deporte), el ascenso y caída de estos valores, siendo además una despiadada crítica a la sociedad de nuestros días.
Ridiculiza por extensión las pasiones de todo un pueblo, entendido como organismo colectivo que sufre por sus amores y desdichas, se emociona por sus gestos deportivos, anhela su glorioso pasado nacional y se deja incluso adoctrinar por el “Padredelpueblo” (esperpéntico personaje elemental de la farsa), aceptando sin pena ni gloria la estructuración social dada: grotesca, estatista y profundamente deshumanizada.
Pasión es auténtica dinamita cerebral para un lector, o espectador si acude al teatro, sumido en la mediocridad, la estrechez crítica literaria y los juicios simples cotidianos. Una bomba, un soplo de aire fresco, digna de ser leída, prestada y enjuiciada.
Con un lenguaje clásico cuidado pero intencionadamente adaptado a nuestro tiempo, frecuentes son los diálogos absurdos e inesperados, utilizados por unos personajes demasiado lamentables o divertidos, en nada puede existir el término medio. En conjunto todos los elementos del drama se integran en la obra, pasando a ser los espectadores (o el atacado lector) la masa que
asiste al espectáculo deportivo y humano, masa con la cual es cada vez más difícil empatizar a medida que va avanzando el drama.
Puesta en escena recientemente por la compañía de teatro aficionado “Contratiempo” de forma maestra, representándola allí donde han podido o les han dejado, especialmente en su querida Zamora, presente siempre en el pensamiento del maestro libertario.
Provocación en estilo puro. Por favor léanla, después reflexionen y actúen.
Artículo publicado en la sección cultural del periódico cnt de enero de 2015, número 415: Pinchar aqui
Puedes leer un detallado estudio del autor sobre la obra pinchando aqui


Pasión, farsa trágica 

GARCÍA CALVO, Agustín (2006). Pasión, farsa trágica. Zamora, Lucina.

18 de enero de 2015

Toda y sola la verdad

24 de febrero de 2011. Agustín GARCÍA-CALVO. En: La Razón

Da pena y da miedo esa fe con que en los juicios, en las investigaciones policíacas o científicas, también en los lazos conyugales, se pide o se jura la verdad: pena de la miseria humana que se aferra así desesperadamente a un fantasma,  a un ideal; miedo, porque es esa fe la que ha servido y sirve para justificar guerras o patrióticas o santas: ¿qué guerra se iba  declarar sin fe en el Estado y sus fronteras, sin fe en Dios sobre todas las cosas? Y, ya metidos en guerra, ¿quién será el valiente que se atreva a dudar de su Patria, de su Dios o de su Causa? Y lo mismo para alimentar toda laya de crímenes personales («La maté porque era mía»), y para alimentar a los medios con información verídica de lo que ha pasado, y para sostener el aparato mismo de la Justicia que absuelve al bueno y castiga al malo. En realidad, en esta existencia que nos traemos, no cabe verdad ninguna; en la realidad no hay verdades: eso pertenece al ámbito del ideal, al reino del dios matemático, donde el triángulo y la esfera, donde «todo», «1», «0», que son verdad sencillamente por la ley de que, en «A=A», el A primero es el mismo que el segundo, cosas que en la realidad ni se dan ni pueden darse. Los sucesos reales que la pantalla o la noticia del diario te ofrecen no son más que imágenes y escritura, que, si otro en otro lugar desde otro ángulo los retratara, la realidad sería otra; y la verdad de los hechos que cada cual en el Congreso o en la disputa conyugal proclama no será nunca más que lo que él se cree.


La única alegría

Ahora, si es una libre diversidad de creencias que se conjugan entre sí, como creen, los fieles de la Democracia, bueno, no pasaría nada grave: lo malo es que tienen que ser de verdad cada una de ellas, porque, si no, no tiene uno fe para sostenerla, y en esa fe le va a uno su ser: cada uno en su fe y Dios en la de todos. ¿Le va a usted bien, querido lector, con esa ley? Pues, si no le va, venga, deje de creerse lo que le cuentan los medios o su cónyuge o la Ciencia, y déjese sospechar que la sola verdad, la sola alegría es... que no era verdad.


http://www.editoriallucina.es/articulo/mentiras-principales_9.html

GARCÍA CALVO, A. (2013). Mentiras principales. Lucina. Mentira 66

17 de enero de 2015

"Que el yo no soy yo" Agustín García Calvo

"Que el yo no soy yo"
Agustín García Calvo
octubre de 2000 (conferencia UCM)
págs: 275-286

En: Antipsychologicum. El papel de la psicología académica: de mito científico a mercenaria del sistema. Editorial Virus, 2006. Coordinado por José Luis Romero Cuadra y Rafael Álvaro Vázquez.


índice: 

Psicología y sociología. Hacia una cooperación necesaria
Fernando Álvarez-Uría
El paradigma del control social en los orígenes de la psicología
Óscar Daza Díaz
De la crítica al academicismo metodológico: líneas de acción contra los desalojos sociocríticos
Ángel J. Gordo López
Aprehender nuestra historia: Las aportaciones de la antipsiquiatría vistas desde la contrapsicología
Josep Alfons Arnau (Jau)
Versus: un proyecto colectivo en busca de otras psicologías. Investigando teorías y prácticas desde la multiplicidad
Grupo de Psicología Crítica ‘Versus’
El carácter equívoco de la institución psicológica
Juan Bautista Fuentes Ortega
Ciencia: mito e ideología
José Luis Romero Cuadra
Ingeniería bioconductual al servicio de la normalización: Vigilando las fronteras del sexo
Silvia García Dauder
Psicología y ética. Entre la pesadilla del Gran Hermano y el paraíso de Walden dos
José Ángel Paniego García
Vocación psicoterapéutica y queme profesional
Guillermo Rendueles Olmedo
Que el yo no soy yo
Agustín García Calvo

12 de enero de 2015

No se ganó Zamora en una hora, ni en siete meses de asedio

ABC

Día 12/01/2015 - 09.24h
 

Para la mayoría de los autores, el refrán alude al cerco de la ciudad en 1072 en el que murió asesinado Sancho II de Castilla




«A los segundos diga vuesa merced que no se ganó Zamora en una hora» se leía en el Diario de Madrid allá por 1807, hace más de dos siglos. Ya entonces éste era un proverbio de uso habitual entre los españoles para indicar que las empresas difíciles requieren tiempo y lo era desde mucho antes de los años de Maricastaña. «Sin duda era de uso corriente ya en tiempos medievales, pues se encuentra documentado, por ejemplo, en «La Celestina» (se lo dice Celestina a un impaciente Calisto en el auto 6)», señala Pablo Martín Prieto, profesor de Historia Medieval de la Universidad Complutense de Madrid.

«Este es uno de los más antiguos proverbios españoles», aseguraba José María Iribarren en «El porqué de los dichos» donde relataba cómo para la mayoría de los autores el refrán alude al cerco de Zamora, «uno de los acontecimientos más dramáticos y dramatizados de la historia medieval hispana», según Martín. La Crónica de Pelayo de Oviedo, la «Historia Silense», la «Crónica Najerense», el «Chronicon Mundi» de Lucas de Tuy y la «Primera Crónica General» de Alfonso X recogen este episodio crucial en la Historia de España... Seguir leyendo en al ABC

11 de enero de 2015

Canción 30: "Blancaflor"


Chicho y Amancio en el Teatro Español, 1982

*

A la escuela del Supremo Ser
—tintero, puntero, pupitre, pizarra—
ha venido Blancaflor
para hacerse una mujer
como Dios manda.
—Blancaflor.               
—Servidor
del Ser y de usted.
            —Blancaflor, todos los hombres
son mortales, Blancaflor.
—Sí, sí, sí señor.
—Es así que
sabemos que
tú eres por ejemplo un hombre,
como lo indica tu nombre...       
—Sí señor, puede ser.                 
—Luego, entonces, por tanto...         
                                                   —Pues 
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
Blancaflor sacude el pelo
y se ríe sin saber.
            Pero pero pero
                 pero muera el Ser.
Muera el Ser en buena hora,
y que viva la blanca,
la blanca flor
de la zarzamora.

Ante el Alto Comité del Ser
—fusiles, estrellas, trompetas, medallas—
se presenta Rojaflor
a cumplir con su deber
                      de ciudadana. 
—Rojaflor.                        
                                     —Servidor
del Ser y de usted.
—Rojaflor, la Ley es dura,
pero es la Ley, Rojaflor.
—Sí, sí, sí señor.
—Es así que
la ley es que
te alistes en las banderas
  y defiendas las fronteras...
—Sí señor, puede ser.         
—Luego, entonces, por tanto...
                                                        —Pues 
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
  Rojaflor por la ventana
mira las nubes correr.
Pero pero pero
    pero muera el Ser
en las minas y en las olas,
y que viva la roja        
la roja flor
de las amapolas.

A la mesa de su Padre el Ser
—florero, sopera, cuchillo, cuchara—
se ha sentado Flordeor
a la hora de comer
cotidïana.
—Flordeor.                   
                     —Servidor
del Ser y de usted.
—Flordeor, pobres y ricos
siempre ha habido, Flordeor.
—Si, sí, sí señor.
—Es así que
ya vemos que,
pese a huelgas y revueltas,
sigue el mundo dando vueltas...
—Sí señor, puede ser.                 
—Luego, entonces, por tanto...                    
                                        —Pues     
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
Flordeor tira la silla
y ríe y echa a correr.
Pero pero pero
pero muera el Ser.
Muera el Ser que Ser se llama,
y que viva la flor
de oro, la
          flor de la retama.

En el mágico Bazar del Ser
—menaje, tualete, escalera mecánica—
se ha metido Moraflor
a comprar todo el placer
  de la semana.
—Moraflor.
—Servidor
del Ser y de usted.
—Moraflor, cada producto
tiene un precio, Moraflor.
—Sí, sí, sí señor.
—Es así que
es claro que
hurtando lo que está en venta
contra el sistema se atenta...
—Sí señor, puede ser.            
—Luego, entonces, por tanto...   
                                                —Pues 
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
Moraflor regala besos
          desde el debe hasta el haber.
Pero pero pero
             pero muera el Ser.
                  Que se pierda el que se salva,
y que viva la mora,       
morada flor,
la flor de la malva.

En el centro de Liberación
—panfleto, petardo, consigna, tabarra—
se ha metido Negraflor
a hacer la Revolución
        para mañana.
—Negraflor.            
                      —Servidor
del Ser y de usted.
—Negraflor, imperialismo,
monopolio, Negraflor.
—Sí, sí, sí señor.
—Es así que
no hay mas que
a poder reaccionario,
 poder revolucionario...
—Sí señor, puede ser.
—Luego, entonces, por tanto...
                                                    —Pues 
ya veremos a ver, ya veremos a ver.
        Negraflor se acuesta con
     su hermano y ríe al amanecer.
Pero pero pero
pero muera el Ser.
Muera el Ser sin testamento,
y que viva la negra
la negra flor
flor de pensamiento.


*
GARCÍA CALVO, A.(1993, 3ªEd.). Canciones y soliloquios. Zamora: Ed. Lucina. "Canción 30", págs: 59-63.

7 de enero de 2015

De cháchara con Chicho

http://www.fundacionalambique.com/index.php?option=com_content&view=article&id=233:homenaje-chsf&catid=56:num6&Itemid=192#
El Alambique nº: 6 Nov 2012/abril 2013

 *

                                        Agustín García Calvo

(pág. 26)

- A ver. Y ¿qué queréis hacer conmigo ahora?

- Pues…

- Ya: como no tengo ni fuerzas para escurrirme de vuestros manejos, aprovechar para aseguraros bien de que estoy difunto.

- ¡Hombre, Chicho, qué cosas dices! Difunto. Como si pudiera yo hacer contigo nada, cuando ni siquiera sé qué hacer conmigo.

- Pues ya podías ir aprendiendo los elementos, con la cara que se te va poniendo con los años, ¿no?

- Ah. Porque tú sigues contando años.

- No que yo sepa contarlos por mis dedos, pero es que me puede servir todavía un tablerillo que tengo aquí al lado para echar cuentas de esas cosas.

- ¿Cuáles?

- Ésas del tiempo. O ¿sigues todavía dándole vueltas a ver cómo te desenredas de sus redes?

- ¿Para eso te sirve ese tablerillo?

- Por lo menos, me dice que eso que a mí no me pasa (porque no puede), es a ti a quien le está pasando.

- ¿A mí?, venga, Chicho, no quieras ahora tomarme el pelo: ¿a mí que nunca me pasa nada de verdad, ni siquiera lo último ni lo primero?

- Pues será por eso. Y, en cambio, ¿a mí sí? ¿A mí me ha pasado todo lo que tenía que pasarme?

- Tal vez no, ya que sigues aquí dándome la lata y no te dejas…

- ¿Qué? ¿desaparecer?, ¿hacerme del todo la purita nada, como dicen los creyentes y los ateos?

- Quiera yo lo que quiera, eso, Chicho, tú sabes que no.

- ¿Que no qué?

- Eso de la pura nada.

- Ya: a lo mejor, porque tú no puedes ser todos ni todo.

- A lo mejor; pero, entonces, tampoco uno.

- Lo que no puedes, desde luego, es ser yo.

- No, no puedo.

- Pues ¡qué poquito puedes tú, maestro!

- Lo que me dejan los otros.

- ¿Lo que ellos no saben?

- Pues eso será.

- Pues eso.


*
Publicado previamente en La Razón 11 de octubre de 2012 de Parlamentos con ellos

4 de enero de 2015

1968: El año sublime de la acracia



Miguel Amorós
Editorial: muturreko burutazioak,
Bilbao 2014
Colección:
muturreko burutazioak, 23
132 págs. Rústica 20x13 cm
ISBN 9788492559282 

*

Contraportada: El viraje del franquismo al abrazar el modelo económico del capitalismo norteamericano durante la década de los sesenta del pasado siglo (lo que el propio régimen bautizó como "desarrollismo"), provocó a partir de febrero de 1965 la emergencia de un pronunciamiento sostenido en los campus universitarios españoles, cuyas pulsiones rebeldes eran similares a las que estremecían el globo por aquellas fechas. Los recintos de Berkeley, Tokio o París, más allá de las reivindicaciones sobre el funcionamiento de la institución universitaria, mostraban el frontal rechazo al proyecto de modernización de aquel capitalismo, protagonizado por la primera generación surgida bajo su manto. El campus de Madrid no fue una excepción a la regla y, en el seno de unas protestas que culminaron con el Estado de Excepción de 1969, destacaría un grupo activista conocido como los "ácratas", cuya decidida intervención haría girar con más virulencia el torbellino de la revuelta. Que la chispa universitaria no prendiera en el estado español junto a la del movimiento obrero, como llegó a ocurrir en las vecinas Francia e Italia, e hiciera tambalearse así toda la dominación capitalista, tuvo más que ver con la inconsistencia de un "nuevo movimiento obrero" apenas nacido de una reciente industrialización, todavía tutelado por el reformismo católico estalinista, y que daría su propia batalla asamblearia durante la siguiente década cuando logró en parte desprenderse de aquella tutela. Porque si no hubo incendio generalizado no fue, en todo caso, por la falta de tesón y profundidad de la apuesta del grupo "ácrata", perfectamente al tanto de las consecuencias que les iba a acarrear su resolución. Como dijera uno de sus miembros: "Sabíamos que éramos los más radicales. Y no sólo lo sabíamos, sino que sabíamos que nos iba a costar caro. De hecho a algunos les costó la vida, a otros, la razón, y a bastantes, la marginación profesional".

Miguel Amorós, nos hace llegar la noticia y el análisis de aquellos hechos, a través del relato de los propios protagonistas y de los documentos del grupo, trazando por primera vez con rigor y criterio los contornos grupales y las gestas de aquellos estudiantes "ácratas", sin olvidar los contenidos y alcance del magisterio de una figura singular como la de Agustín García Calvo durante aquel particular periodo, para aportar un retrato vehemente de un sublime 1968, año de la culminación de una revuelta universitaria que desbordó tanto el cambio tecnocrático de la dictadura franquista como los planes pactistas de la oposición. El resultado es un volumen vibrante que coloca definitivamente en su lugar la contribución "ácrata" en aquellos tumultuosos tiempos en los que todo era posible.

2 de enero de 2015

Casos 26: Juego de mentiras

 Foto de Agustín para la columna de "La Razón"

Hago como que estoy leyendo el periódico repantingado en el sillón de orejas (ya entienden mis lectores que, si fuese verdad, con la repetición de lo mismo de cada día, me lo iba a tragar de un bostezo con solo leer dos líneas) y con ese disimulo me dedico a escuchar a mi nieta con el niño del vecino, que andan rodeados de chirimbolos por la alfombra, y aquí se lo traspaso a ustedes:            –¡Ala, cuántas cosas!, la cocinita, la muñeca de dos caras... –Y más y más. Y a ti, Pipo, ¿qué te han traído los Reyes? –¡Uf!, pues a mí otras tantas: la pelota de medio reglamento, una tira de bichos... –¿Bichos?  –Autitos, ya sabes, de colores, y unos guantes de boxeo, y... –Basta, tú, que me mareo. ¿Y has jugado ya con ellos? –¿Jugar? No, Cuca; eso, mañana, a lo mejor: ahora están haciendo de regalos de Reyes. –Ya. Y tú, ¿no sabes, Pipo, que son  todo mentiras?  –¿Que los Reyes son los padres? Bah, eso lo sabemos hace años, y ¿qué más da Reyes que padres? –No, no: algo más de mentira que eso. –¿Cómo? –Que son juguetes de mentira, que no sirven para jugar. –¿Por qué? –Porque, con hacer de regalos, ya han cumplido con su deber. –Ya, a algo de eso me sonaban. Pero, ¿no es verdad, Cuca, que tú y yo hemos estado esperando con ilusión a ver qué nos traían esa noche? –Claro; porque tú y yo somos algo tontos; porque los Reyes eran para eso, para esperar con ilusión a que llegaran, y luego, de que han llegado... –¿Pero y ¿por qué tienen ellos que hacer eso con nosotros? ¿A qué juegan? –Pues me parece que, con eso de comprar y las ilusiones, están jugando a lo mismo, sólo que muy en serio, y a nosotros nos educan así, para que vayamos aprendiendo a hacer lo mismo. –Sssch, Cuca, bajito, que me da que tu abuelo está estirando la oreja y a lo mejor nos oye. –¡Qué va! ¿No te has dado cuenta de que ellos se creen que los niños hablamos sólo como hablamos con ellos, con la voz que ellos creen que tienen que hablar los niños?, y, cuando hablamos de verdad aquí por lo bajo... –Ya: que ni se enteran. –O hacen como si no. –Claro: porque ellos tienen que atender a sus asuntos. –Eso: ¡la que se iba a armar si nos oyeran!